¿Alguna vez te has preguntado cuáles son las copas más adecuadas para tomar vino? Hay algunos puristas que dictaminan que los utensilios en los que lo consumimos son determinantes en el sabor del vino. Está claro que hay formas y formas de tomar el vino, y que algunas copas son más adecuadas que otras, pero el sabor siempre es el mismo. Otra cosa es que se aprecien correctamente las demás propiedades.
Muchos especialistas están ahora en contra de los caros accesorios que se comercializan en la actualidad en torno al vino. Expertos tan reputados como James Molesworth, editor de la prestigiosa revista Wine Spectator advierten contra ellos: lo único que tiene verdadera importancia es el sacacorchos, un decantador (que puede ser de lo más sencillo) y las copas, que tampoco tienen por qué ser muy sofisticadas.
Otras voces no se muestran integristas con este tema e indican que el vino está para disfrutarse, independientemente del recipiente. Por eso, si alguien decide tomarlo en vaso, por ejemplo, no pasa nada. Lo que sí es relevante es que ciertas propiedades se aprecian mucho mejor en el continente adecuado.
Copas inadecuadas para el vino
¿Qué copas hay que descartar para disfrutar más del vino? Hay algunas que son inadecuadas:
- En primer lugar, las copas de colores: hay que optar por copas transparentes, ya que el aspecto del vino se ha de apreciar convenientemente, así como la lágrima, que mide el grado de alcohol de forma visual, y que es más difícil de percibir en copas rojas, azules, verdes…
- Las copas de cocktail tampoco son muy propicias, porque la cantidad de líquido que cabe en ellas es mucho mayor y es probable que nos pasemos con la cantidad de vino que servimos.
- Las copas de champán, tanto las alargadas en forma de tulipán como las planas, no permiten apreciar de forma correcta el aroma del vino. Eso sí, los vinos espumosos siempre deben servirse en este tipo de copas.
- Copas que no sean lisas, como las que se decoran con cuadros, rombos… Es preferible un cristal lo más liso y transparente posible para disfrutar de todas las propiedades del vino.
Así que, en resumen, las mejores copas de vino, son las tradicionales en forma de globo, de talle largo, con sutiles variaciones si se toma vino tinto o vino blanco: para el segundo son mejores las copas un poco más finas. Las medidas perfectas de una copa de vino con certificado ISO (International Standard Organization) son: 5 cm de alto, 10 cm de fondo y 6,5 cm de ancho.
¿Y copas “de batalla” o unas muy delicadas? Pues es elección es muy personal. Las copas más resistentes son más fáciles de limpiar, usando por ejemplo el lavavajillas, y las más finas requieren más cuidados, aunque te recomendamos que compres unas copas un poco más caras de lo normal porque la calidad del vidrio o cristal influye. Las que se consideran las mejores por los enólogos son las de la marca Riedel.
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