Si te entusiasma el vino, seguramente hayas oído hablar del descorche: consiste en algo tan sencillo como llevar tu propia botella de vino al restaurante para acompañar una comida o cena. Es una práctica por la que el local te cobra un recargo, aunque inferior a lo que te cobraría por una botella de su carta. Está muy extendida en Estados Unidos, donde se conoce como BYOB (Bring Your Own Bottle). En principio, el descorche tenía que ver con la legislación norteamericana: como los locales de hostelería han de pedir un permiso especial para vender alcohol que es bastante costoso, no lo servían ellos pero permitían a sus clientes traerse sus botellas de casa.
En la actualidad, hay restaurantes que cobran el descorche por botella o hacen un precio por persona, aunque algunos locales de referencia de Madrid o Barcelona cobran de 9 a 12 euros por botella. Algunos restaurantes muy conocidos incluso dan este servicio gratis, ya que piensan que es un plus añadido para los amantes del vino.
Ventajas del descorche
- La principal ventaja del descorche es que es más barato que pedir vino en el restaurante. De hecho, se ha extendido la práctica en los países europeos porque es más económico para los comensales. Aquí entramos en si los precios de una botella de vino en un restaurante son exorbitados, pero ese es un debate para otra ocasión.
- Permite elegir entre una mayor oferta de vinos: sobre todo en locales no especializados, la oferta es limitada. Por ello, si se quiere probar un vino que no se encuentre normalmente en las cartas, se recurre al descorche.
Inconvenientes del descorche
- No todos los restaurantes permiten el descorche, por lo que hay que informarse previamente de si se nos permitirá descorchar nuestra botella o no. También hay locales que limitan el número de botellas que puedes llevar, ya que hay gente que quiere tomarse más de una, sobre todo si se trata de un grupo nutrido de comensales.
- Hay que planificar todo por anticipado: comprar la botella, conocer la carta del restaurante para saber con qué platos la vamos a combinar, etc.
- Dependiendo del restaurante al que vayamos, la diferencia de precio puede ser nimia entre comprar nosotros la botella o pagársela al local, ya que en España el vino en los restaurantes no es tan caro como en países de nuestro entorno, como por ejemplo, Gran Bretaña.
Lo que está por comprobar es si esta práctica conllevará el consumo de más vino en restaurantes o no. Si es positivo, bienvenido sea el servicio de descorche.
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