¿Qué es el vino seco?

¿Qué es el vino seco?

Las particularidades que reúne el vino seco son diversas, pero en términos generales, su característica principal es la concentración de azúcar, que varía entre uno y tres gramos por litro.

En Copa de Balón queremos explicar más en profundidad de qué se trata e indagar juntos las curiosidades que guarda este tipo de vino.

Como cualquier otro vino, es necesario someter el mosto al proceso de fermentación. No obstante, en su proceso, el azúcar, casi en su totalidad, se transforma en alcohol, resultando con un grado alcohólico y de acidez más elevado.

Entonces, el azúcar es el que determinará si es un vino seco, semiseco, dulce o semidulce.

Por supuesto, para identificar qué vino es seco, habrá que tener en cuenta muchos otros factores que, en su conjunto, consiguen expresar unas magníficas e interesantes notas de cata.

¿Qué vino es seco?

Cuando salimos a comer o a cenar, muchas veces nos apetece acompañar la comida con un buen vino, de cualquier tipo, ya sea tinto, blanco o rosado. Ahora bien, no todas las expresiones aromáticas y gustativas armonizan con los alimentos escogidos.

En este sentido, no es casualidad que el vino seco, también denominado como vino de mesa, sea uno de los más consumidos en España y Europa, precisamente por su elevada diferenciación.

CARACTERÍSTICAS

Suele ser un vino demasiado brusco para las personas inexpertas o recién iniciadas en la enología. Su elevado grado de alcohol y acidez puede generar un choque gustativo, difícil de apreciar para aquellos que no conocen al completo todo el abanico de sensaciones que deriva de un vino.

En cambio, para los veteranos es un auténtico placer poder disfrutar de las más específicas características que aguarda el vino seco. Los expertos preparan su paladar, precisamente, para ser capaces de distinguir todas y cada una de las sensaciones que deja en boca un vino redundante.

Es un vino cuyos taninos están muy presentes en el paladar, por ello, su paso por boca deja un gusto a sequedad y, a su vez, astringencia en lengua y encías. Los taninos convierten al conjunto de notas en toda una experiencia de cata, puesto que aporta una textura muy fructífera.

Tendemos a relacionar el toque afrutado con los vinos dulces, pero no podemos obviar que la crianza en barricas contribuye a la pincelada afrutada que muchas veces también encontramos en los vinos sin azúcar.

Por supuesto, las notas de cata siempre evolucionan por la influencia de elementos externos. En consecuencia, hay que valorar el tipo de uva que se emplea en su elaboración para tener una visión completa de las sensaciones.

Vino seco blanco

Los vinos secos que proceden de uva blanca o tinta, como hemos visto anteriormente, contienen una pequeña, por no decir nula, presencia de azúcar.

Uva que puede cultivarse para un vino seco blanco:

    • Chardonnay

La Chardonnay es una uva que se mantiene muy bien en barricas de roble, lo cual le aporta cuerpo y elevada acidez.

Si la etapa de maduración es eficiente, entonces la uva desprende recuerdos a bollería, pan, mantequilla, avellanas y vainilla. Por su parte, en boca se aprecian los cítricos.

    • Sauvignon Blanc

El vino seco blanco que resulta de la Sauvignon Blanc, a diferencia del anterior, tienen un grado alcohólico menos elevado, sin embargo, su acidez es mayor.

Es perfecto para acompañar con sabores intensos y picantes, sin perder ninguna de las expresiones provenientes de la comida ni del propio vino. Por naturaleza, son vinos aromáticos y frescos, donde se aprecia una fruta poco madura.

Vino Seco Tinto

En referencia a los tinto secos, las uvas que prevalecen son:

    • Merlot

Los tintos con Merlot son equilibrados. El grado de alcohol es elevado, sin embargo, hay un equilibrio en cuanto a taninos y acidez, por lo que la sequedad se compensa.

Destacan por ser vinos aromáticos y afrutados, que envejecen muy bien en barrica de roble.

    • Cabernet Sauvignon

El vino elaborado a partir de Cabernet Sauvignon es bastante seco y de gran calidad. Los taninos están muy presentes en boca, además, la acidez es elevada pero se equilibra muy bien con el resto de propiedades.

Hay otras muchas uvas tintas que consiguen vinos con una sequedad agradable, donde se combina la acidez junto a la sensación de astringencia, para crear una explosión de aromas y sabores.

Diferencias entre el vino seco y el vino semiseco

Es muy sencillo, si un vino es considerado como seco, cuando su concentración de azúcar oscila entre 1 y 3 gramos por litro, en un vino semiseco está entre 4 y 12 gramos por litro.

Entonces, ¿mejor vino seco o semiseco?

Hay tantos vinos como personas, por lo que no podemos afirmar que un vino seco es mejor que un semiseco y viceversa, pero seguramente como consumidor encontrarás aquel que se ciña más a tus preferencias gustativas.

Sabemos con certeza que aquel que no tiene prácticamente azúcar, te aportará un elevado grado alcohólico, donde se aprecian sus particularidades, entre las que por supuesto se encuentran los taninos y la acidez. En otras palabras, el vino seco tendrá rasgos comunes, siendo un vino con cuerpo y presencia en boca, pero variará según la variedad de uva empleada.

Lo mismo ocurre con el vino semiseco, en él encontramos un equilibrio especial, ya que no llega a ser tan fuerte como el seco, pero si es algo agridulce en cuanto a la compensación con la acidez. Cualquiera de ambas opciones es buena, todo depende de con qué lo quieras maridar. Si la idea es combinar el vino con alimentos potentes como la carne roja, asados o platos picantes, será mejor que acudas al vino seco. Sin embargo, si prefieres un vino que puedas acompañar con un postre el semiseco es el más adecuado.

¿Encontrarás un vino seco dulce?

Como hemos visto anteriormente, por propia definición del vino seco, es imposible que sea a la vez dulce. Muchos consumidores buscan ese vino seco dulce que nunca encuentran, porque podrán encontrar un vino dulce con un grado de alcohol elevado, pero no al revés.

Si quieres dulzor y que esto no le reste alcohol al vino, entonces, tu elección perfecta es el vino dulce, cuyo azúcar resultante es de 45 gramos por litro. Puedes conocer más visitando nuestro artículo ¿qué es el vino dulce? donde te explicamos qué vinos son dulces por naturaleza, qué tipos existen y otras muchas cosas.

¿Con qué acompañar el vino seco?

El vino seco marida muy bien con diferentes tipos de alimentos. La clave, para acompañar nuestros platos con vino seco, es que este no desperdicie todo la gama de sabores que nos puede regalar la comida.

Según el tipo de uva, el maridaje cambiará, pero a rasgos generales, para un tinto seco las carnes rojas, los quesos, los patés, funcionan muy bien. Mientras que para un blanco, además de las carnes, también podemos optar por el pescado.

Vino seco para cocinar

En muchas ocasiones veremos recetas en las que emplean vino seco para cocinar. Es un ingrediente más de cocina, ya que se integra muy bien como componente gastronómico y, además, añade el toque distintivo a la comida.

Si estás pensando en un vino seco para cocinar, en primer lugar, debes escoger aquel que también te beberías, ya que su calidad influirá directamente en el resultado de tu comida.

Además, debe actuar como una especie más. Es evidente que lo que diferencia a este ingrediente es el alcohol, por lo que debe cocinarse a fuego lento, durante un período de tiempo prolongado, para conseguir que se evapore hasta quedar alrededor del 5%, aunque todo dependerá de la receta. No obstante, cuanto más tiempo se mantenga en contacto con los alimentos, más integrado quedará el vino.

Si estamos hablando de guisos de pescado o platos de marisco, la acidez del vino blanco seco es perfecta. Del mismo modo, para las salsas densas para acompañar marisco, se recomienda emplear vinos muy secos como un Fino de Jerez.

Ahora que ya sabes más sobre vino seco, ¿tienes ganas de escoger el que más te guste?, ¿quieres cocinar con vino seco? Échale un vistazo a nuestras sugerencias En Copa de Balón y cuéntanos tu opinión.

Recuerda que tienes una carta muy amplia, donde cada semana tenemos novedades y ofertas que no te puedes perder.