Uno de los varietales más emblemáticos de España, celebra su "Día Internacional" este 11 de noviembre. Se trata de la tercera variedad de uva tinta más plantada del planeta, sólo por detrás de Cabernet Sauvignon y Merlot. Se estiman un total de 232.538 hectáreas de superficie plantada de Tempranillo en todo el mundo.
Origen de la Uva Tempranillo
El origen de la Tempranillo, cuyo nombre se debe a su temprano ciclo de maduración, ha sido determinado a través de estudios de ADN realizados por el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) y el Instituto Madrileño de Investigación de Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA). Se ha establecido que es un cruce entre la variedad blanca Albillo Mayor, originaria del Duero, y la variedad tinta Benedicto de Aragón, que está casi extinta.
Características de la Planta y su Cultivo
La Tempranillo es una casta de ciclo corto y maduración temprana. De porte razonablemente vigoroso, es resistente a la sequía y bastante fértil, proporcionando altos niveles potenciales de alcohol en áreas frescas y templadas. Todo ello hace que sea una variedad óptima para cultivos de secano.
Características :
Hoja : Grande y de forma pentagonal, con un color verde brillante.
Racimo : Compacto y de tamaño medio, a menudo con bayas de tamaño pequeño a mediano.
Bayas : Su piel es fina y tiene un color oscuro que contribuye a la intensidad del vino.
Aunque hoy en día su presencia es común en cualquiera de las Denominaciones de Origen repartidas por toda la Península Ibérica, hace 30 años la situación era bien distinta. Garnacha, Monastrell y Bobal eran variedades con una superficie de cultivo aún mayor.
Con la entrada de España en la Unión Europea está situación cambia. La mayoría de los vinos españoles no se adaptaban a los gustos dominantes en el ámbito internacional. La fruta y los colores oscuros eran muy valorados por los nuevos consumidores por lo que pasaron a ser factores clave para vender vino en un mercado saturado.
Características Organolépticas
Color: Los vinos de Tempranillo suelen tener un color rojo rubí intenso, que puede evolucionar a tonos más oscuros y granates a medida que envejecen.
Aroma: Intensos y complejos. Predominan las notas de frutas rojas como cerezas y fresas, así como de frutos negros como moras. Con el envejecimiento, pueden aparecer matices de vainilla, tabaco, cuero y especias como pimienta, clavo o eneldo, especialmente si han sido criados en barricas de roble.
Sabor: En boca, la Tempranillo ofrece un buen equilibrio entre acidez y dulzura. La textura es generalmente suave y sedosa, aunque puede variar según el proceso de vinificación y el envejecimiento.
Cuerpo: Esta variedad generalmente produce vinos de cuerpo medio a pleno, ofreciendo una sensación en boca placentera y envolvente.
Acidez: Moderada, lo que ayuda a mantener la frescura del vino, aunque es capaz de quemar esa acidez en muy pocos días por su paso veloz de la madurez a la sobremadurez.
Taninos: Los taninos en los vinos de Tempranillo son suaves y agradables, lo que contribuye a la redondez del vino. Esta característica permite que sean accesibles en su juventud, pero también aptos para el envejecimiento en botella. Hay venerables vinos de Tempranillo con una crianza de más de 20 años.