Bodegas Torres es una de las bodegas más reconocidas de nuestro país. Cinco generaciones y más de trescientos años de historia vinculados al mundo del vino. Hoy en En Copa de Balón queremos contarte cómo se fundó esta bodega, su historia, su método y las peculiaridades que la rodean.
En los mismos viñedos que ahora alcanzan una fama internacional comenzó a cultivar uva la familia Torres hace más de tres siglos. Don Jaime Torres decidió construir esta bodega en 1870 con el dinero que había ganado de la venta de petróleo en Cuba. Los vinos Torres alcanzaron pronto un reconocimiento internacional gracias a las exportaciones, obteniendo premios y menciones honoríficas por todo el mundo. Así la bodega llegó a alcanzar a principios del siglo XX considerables dimensiones. Es por eso que se construyó una gran cuba de roble en el interior de la cual se celebró una recepción con motivo de la visita a Vilafranca del Penedés de Alfonso XIII, quien, como reconocimiento al prestigio de sus vinos, concedió a Jaime Torres la gran cruz de Isabel la Católica. En 1939 la bodega fue bombardeada durante la Guerra Civil y la cuba resultó destruida. Pronto, y gracias a un préstamo bancario, la bodega volvió a resurgir hasta lo que es hoy, una de las primeras empresas vinícolas del mundo.
A lo largo de los años Bodegas Torres ha reunido una extensa propiedad vitícola de más de 2000 hectáreas, en las que se cultivan las mejores variedades de uva, tanto locales como internacionales. Los vinos más distintivos de las fincas tienen historia y tradición. Los años de experiencia les ha permitido llevar a cada parcela la variedad de uva que mejor se adapta a los diferentes climas y suelos. Así se obtienen vinos excepcionales que reflejan la personal del terruño. Uno de esos vinos icono nace en la finca de Mas la Plana, viña familiar de la cuarta generación que ha sido la impulsora del crecimiento e internacionalización de la empresa durante los últimos 20 años. Allí viven Miguel Agustín Torres, actual presidente de la compañía, y su esposa, que colabora activamente con él.
La bodega tiene modernas instalaciones de elaboración y cuevas subterráneas de crianza, un conjunto que destaca entre los más modernos y ecológicos del mundo. En 1996, Miguel Torres inició y proceso de expansión por la geografía española con el fin de poder ofrecer vinos de calidad de las regiones vitivinícolas más importantes. Y hoy en día producen vinos de prácticamente todas las denominaciones de origen de Catalunya.
En el corazón del Priorat, Mireia Torres, quinta generación de la familia, dirige la bodega de El LLoar, una planta de vinificación y crianza respetuosa con el medio ambiente y que utiliza energía renovables. En la Ribera del Duero, a 900 metros de altura, se alza la bodega de Fompedraza. Allí se elaboran los vinos tintos cuyo nombre se inspira en el cielo estrellado que dibuja un escenario mágico en las noches de vendimia de la bodega. En la rioja alavesa se ha edificado la bodega de Labastida, una construcción integrada totalmente en el paisaje, pionera en la incorporación de energías alternativas y la gestión medioambiental (depuración de aguas residuales, recolección de agua de lluvia y placas fotovoltaicas). La Bodega de Rueda, que da nombre a la misma denominación de origen, se elaboran vinos a partir de la variedad autóctona Verdejo, que da como resultado vinos blancos únicos, frescos y naturales.
¿Cómo se producen los vinos de Torres?
Durante todo el ciclo de floración y desarrollo de la uva, se vigilan escrupulosamente los viñedos, en un esfuerzo por recuperar las antiguas tradiciones, y se evita el uso de ciertos productos químicos como por ejemplo herbicidas e insecticidas. En todas las fincas se realiza una vendimia manual y una cuidadosa selección de los racimos. Desde la recepción de la vendimia hasta la crianza, el vino sigue un largo y delicado proceso. antes de pasar a las barricas de crianza, los vinos fermentan en cubas de acero inoxidable para asegurar una vinificación de la máxima calidad. Los técnicos seleccionan las maderas de roble más apropiadas de Francia y América en más de dos kilómetros de galerías subterráneas.
La familia Torres destila, añeja y embotella también sus brandys, que son fruto de esta tradición histórica y cultural. El carácter inconfundible de los brandys Torres proviene de los vinos que utilizan en su destilación, y especialmente de la utilización de los alambiques de cobre, que son los únicos que permiten obtener los más nobles aguardientes. El destilado envejece en barricas de roble francés. Uno de los más famosos, el brandy Torres 10, elaborado de forma tradicional por soleras y de gran calidad.
Internacionalización de la Bodega
En 1979 la familia Torres adquirió sus propios viñedos en Chile, en el valle central, una zona privilegiada. Desde el año 2009 hasta 2012 Miguel Torres, quinta generación y actual director general del grupo, dirigió personalmente el proyecto chileno que ya cuenta con 400 hectáreas y se comercializa bajo la marca Miguel Torres. También tienen viñedos en California bajo la marca Marimar State. La bodega californiana se encuentra situada en el condado de Sonoma y es propiedad de Marimar Torres, hermana de Miguel Torres (quinta generación y Presidente del grupo).
Bodegas Torres ha participado activamente en los cambios más positivos que ha experimentado la viticultura y la enología en los últimos 20 años. Esta labor de investigación va unida a una conciencia de preservación del medioambiente. Proyectos, cursos y actividades orientados a educar los sentidos de la cata y a profundizar en el conocimiento de la viticultura y la enología sin olvidar la relación del vino con la gastronomía. Las nuevas tecnologías han permitido a esta bodega facilitar el aprendizaje y el intercambio de conocimientos y actitudes a través de las plataformas online y las redes sociales.
Los vinos Torres, apreciados en más de 150 países del mundo, han merecido el reconocimiento internacional de instituciones y personalidades. Generación tras generación la familia Torres ha transmitido de padres a hijos su pasión por la tierra, la viña y el respeto por el medio ambiente. Su máxima: disfrutar del aroma, de la textura y del sabor de una copa de vino.
Actualmente el grupo factura más de 200 millones de euros al año y cuenta con más de 1300 empleados (de las cuales 500 están fuera de España), sobre todo en Chile y China, el último mercado que la familia Torres ha decidido explorar. En total, un grupo avalado por más de 60 marcas de vino y brandy, de pequeña producción pero con gran personalidad.
En En Copa de Balón puedes encontrar algunos de los vinos más reconocidos de Bodegas Torres, como este Viña Esmeralda Rosé, un vino ligero, fresco y delicado, perfecto para este verano y que te lo podrás llevar con un 15% de descuento. O, si prefieres un blanco, te proponemos este Milmanda, uno de los mejores blancos de España, elegante, noble y de gran linaje. ¿Con cuál te quedas?